Martina tiene un secreto: bajo su cama, habita un monstruo de color violeta que come galletas antes de dormirse. Sus padres conocen a Lila, la esponjosa criatura que acompaña a su hija, y están contentos con su presencia. Sin embargo, todo cambia cuando la niña debe regresar a la escuela y su monstruo le pide acompañarla. ¿Qué podrán hacer frente a este dilema? La novela está escrita en primera persona desde la perspectiva de la protagonista, con un buen manejo de la voz infantil, aunque, por momentos, incurre en estereotipos. Las ilustraciones acompañan la lectura y permiten imaginar a Lila, especialmente su curiosidad, lo que se refleja en su mirada inquisitiva. La novela puede leerse, desde lo literal, como la importancia de que los niños cuenten con un soporte emocional en el aula escolar, pero, desde lo metafórico, como una reflexión sobre la relación entre la monstruosidad y la infancia. Recomendado desde los 8 años.