¿Cuántas veces nos hemos detenido a mirar el atardecer? ¿Cuántos horizontes que desaparecen se despiden de nuestra mirada? Desde el momento en que el ocaso se hace presente, el viento cambia, las sombras despiertan y todo se transforma. Lo que se ve gigante en el día, hacia la noche se silencia y lo que se muestra pequeño a la luz del sol, más tarde se convierte en sonido, difuminándose los límites en la experiencia de la noche. La mirada poética hacia este evento natural y cotidiano se logra no solo gracias a la palabra, sino que también al lenguaje visual en colores representativos de la oscuridad crepuscular, guiados por azules, negros y líneas que dejan las marcas de las últimas luces solares. Este libro invita a detenerse por un tiempo y contemplar ese momento efímero de transición, mientras la naturaleza vespertina se asoma para disfrutar de su espacio. Se recomienda desde los 8 años.