Un Luigi meditabundo recorre el universo de Super Mario, sumergido en su soledad, mientras fuma y se realiza preguntas sobre los misterios de la vida. Apela directamente a su hermano, el protagonista de todos los juegos, quien, en este texto, solo aparece a través de preguntas sin respuestas. Las ilustraciones de este poemario completan cada una de las páginas en un negro que evoca al escenario del juego, pero que también se cruzan con el estado permanente de la voz poética: una melancolía que lo arrastra a cuestionarse todo. El título juega con el nombre del personaje y con el sentido en inglés y francés de tedio y aburrimiento, emociones que siente Luigi a lo largo del libro, cuya apuesta visual sobresale, dialogando con un texto en color blanco o gris, suspendido en el aire. Esta propuesta es un interesante intertexto que presenta otra cara del hermano de Mario, un jugador poco conocido y que, en estas páginas, es la única voz.