La casa del hermano grande no tiene rejas en su jardín, por lo que cualquiera puede entrar. Sin embargo, el día que descubre a un hombre viviendo en su jardín se angustia y, al saber que es un poeta, trata de buscar un lugar más idóneo donde pueda dormir. Este libro juega con el formato apaisado, haciendo alusión al título de la obra, con ilustraciones expresivas que dialogan con el texto, lo que enriquece la historia. La historia presenta varios vacíos, entre ellos, el porqué del tamaño del hermano, la razón por la que se cura el nerviosismo que lo invade por las noches y el motivo por el cual el narrador es un hermano menor que no tiene incidencia en la historia, más allá de ser un testigo. Aunque es una historia bonita y esperanzadora, desde una perspectiva ideológica, es discutible la resolución del conflicto final.