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A partir de ahí empecé, primero, a dibujar a Ten Shin Han desnudo, generalmente dando la espalda, sugerente, volvía la mirada hacia mí, como si el dibujo me reconociera ante su desnudez, invitándome a mirarlo sin pudor. Luego siguieron todos los personajes masculinos de Dragon Ball. Sentía cierto placer al delinear los contornos, como si los acariciara a medida que los hacía aparecer bajo el lápiz, conocía sus formas sinuosas al detalle, porque salían de mi deseo. Cuando terminaba, desechaba culposamente el papel. A eso se reducía nuestra intimidad, a recorrer su cuerpo desnudo y luego desecharlo para que nadie supiera lo que había pasado, sin recuerdos, sin memoria.
Palabras clave
Edades
Especificaciones
ISBN: 9789564082530
Año de publicación: 2022
Ancho: 13 cm
Alto: 21 cm
Páginas: 172
Tipo de encuadernación: Papel / Tapa blanda
Editorial: Planeta
Autor: Fernando Castillo
Ilustraciones: Algunas ilustraciones
ilustrador: Isabel De la Fuente
Géneros literarios: Narrativo, Ficción contemporánea
Autor: Fernando Castillo
Año de publicación: 2022
Muy bueno
Monos piluchos
A partir de ahí empecé, primero, a dibujar a Ten Shin Han desnudo, generalmente dando la espalda, sugerente, volvía la mirada hacia mí, como si el dibujo me reconociera ante su desnudez, invitándome a mirarlo sin pudor. Luego siguieron todos los personajes masculinos de Dragon Ball. Sentía cierto placer al delinear los contornos, como si los acariciara a medida que los hacía aparecer bajo el lápiz, conocía sus formas sinuosas al detalle, porque salían de mi deseo. Cuando terminaba, desechaba culposamente el papel. A eso se reducía nuestra intimidad, a recorrer su cuerpo desnudo y luego desecharlo para que nadie supiera lo que había pasado, sin recuerdos, sin memoria.
Crítica:
A los diez años, Sebastián tiene su primer crush: el personaje de Ten Shin Han del animé “Dragon Ball”. Después vendrán los “monos piluchos” en su cuaderno de dibujo y la comprensión de que ese deseo por el cuerpo masculino no es bien visto por su familia ni mucho menos por sus compañeros de curso. La novela aborda un año crucial en la vida del protagonista y está escrita en primera persona. Esto permite que el lector lo conozca su intimidad, provocando una necesaria complicidad entre ambos. La palabra “maricón” cruza toda la obra, así como una mirada falocéntrica, que se evidencia en la portada, en las escasas ilustraciones interiores y en la recurrente referencia al miembro masculino. Si bien su centralidad se explica por los deseos del adolescente, puede ser problemática en contextos conservadores. La obra destaca por la naturalidad del lenguaje, la acertada construcción de los personajes y por no caer en estereotipos. Recomendado desde los 15 años.
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