En este poemario, los trastos cobran vida. Lavadoras que no cantan, pero sí rechinan; tocadiscos que juegan a ser ruecas y enchufes con ojos acechando a la voz poética, quien ve en estos objetos posibilidades para imaginar y generar música. Las ilustraciones acompañan los poemas, entregando color e imágenes infantiles en tonalidades azules para evocar mares y lavadoras. Los textos se destacan por su expresión lúdica y rimada como si fueran nanas y trabalenguas, cuyas palabras se transforman o se cortan cuando el sujeto compite con el tocadisco o en los momentos en que los versos se convierten en tejido. Este libro realza la importancia y uso de la palabra, desde imaginar nuevas formas de ver a los trastos hasta crear libremente recetas, canciones de cuna o poemas con nuevos lenguajes y rimas juguetonas.