El matriarcado marino llega de la mano de una familia de orcas. Una anciana guía con sabiduría ancestral a las de su especie, en especial a su nieta, quien, en el nado de aguas profundas, va dibujando una bella herencia no exenta de cuestionamientos. La narración poética revela la ternura del linaje, presentándose al lector la bondad de la compañía silenciosa entre cetáceos. El poemario incorpora una mirada externa, distinta a la voz poética de la niña-orca, que describe a las de su género en su comportamiento instintivo, porque su accionar de dientes las separa de la mansa especie de las ballenas. Nuevamente, María Jesús Gallastegui deleita con su bordado, en una metáfora biográfica que rememora la estrecha relación que, entre oleajes y leguas, vivió con su abuela, brújula y modelo ante su nado a mar abierto. Se trata de una obra profunda, femenina y simbólica, recomendada para quienes valoran los vínculos que nos sostienen. Recomendado desde los 8 años.